Se conoce a la neutralidad web como el principio que promueve que todo el tráfico de Internet debe ser tratado igualitariamente, sin cobrar al usuario de manera diferente según el contenido, sitio web, plataforma, aplicación, tipo de equipamiento utilizado para el acceso o modo de comunicación. Es decir, el usuario puede acceder a este tipo de contenido sin restricciones, entendiendo que posee el derecho de elegir libremente entre los recursos que ofrece Internet.
En el ámbito de Internet, el concepto de Neutralidad se basa en la premisa de que los Proveedores de Servicios de Internet (ISPs) permitan el tráfico de contenidos sin privilegiar a un participante de la red por encima de otros, conocido como “Internet de dos velocidades”.
Sin la neutralidad de la red, por ejemplo, un usuario de Internet podría realizar una consulta en un motor de búsqueda como Google, y éste podría ser demasiado lento o estar bloqueado, por lo que, para poder conseguir la información buscada, debería recurrir a otro motor de búsqueda. En definitiva, lo que ocurriría, es que los proveedores de acceso a Internet podrían restringir el acceso a determinados sitios web con el objetivo de favorecer a una empresa específica o en beneficio propio.
Aquí rige la Ley Argentina Digital, que establece un principio de neutralidad de la red con lo cual, en principio, no se debería dar un escenario como el de Estados Unidos. Esa norma dice lo siguiente:
Artículo 57 — Neutralidad de red. Prohibiciones. Los prestadores de Servicios de TIC no podrán:
a) Bloquear, interferir, discriminar, entorpecer, degradar o restringir la utilización, envío, recepción, ofrecimiento o acceso a cualquier contenido, aplicación, servicio o protocolo salvo orden judicial o expresa solicitud del usuario.
b) Fijar el precio de acceso a Internet en virtud de los contenidos, servicios, protocolos o aplicaciones que vayan a ser utilizados u ofrecidos a través de los respectivos contratos.
c) Limitar arbitrariamente el derecho de un usuario a utilizar cualquier hardware o software para acceder a Internet, siempre que los mismos no dañen o perjudiquen la red.
Mientras que en Estados Unidos, recientemente se dio por finalizada la neutralidad de la red. Así lo determinó ayer la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC). Una de las consecuencias de esta decisión es que ahora las proveedoras de internet como Comcast, AT&T, Verizon y Time Warner tienen vía libre para imponer tarifas a los sitios web para priorizar la velocidad de transmisión de sus contenidos.
Autor: Lucas Ruffino
martes, 3 de diciembre de 2019
DESINFORMACION E INFOXICACION DE LA INFORMACION.
La desinformación, también llamada manipulación informativa o manipulación mediática, es la acción y efecto de procurar en los sujetos el desconocimiento o ignorancia y evitar la circulación o divulgación del conocimiento de datos, argumentos, noticias o información que no sea favorable a quien desea desinformar.
La infoxicación es el exceso de información. Es estar siempre , recibir centenares de informaciones cada día, a las que no puedes dedicar tiempo. Es no poder profundizar en nada, y saltar de una cosa a la otra.
Autor: Lucas Ruffino
La infoxicación es el exceso de información. Es estar siempre , recibir centenares de informaciones cada día, a las que no puedes dedicar tiempo. Es no poder profundizar en nada, y saltar de una cosa a la otra.
Autor: Lucas Ruffino
domingo, 1 de diciembre de 2019
Situación de la neutralidad de red en Argentina y el mundo
En Estados Unidos, se dio por finalizada la neutralidad de la red. Así lo determinó la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC). Una de las consecuencias de esta decisión es que ahora las proveedoras de internet como Comcast, AT&T, Verizon y Time Warner tienen vía libre para imponer tarifas a los sitios web para priorizar la velocidad de transmisión de sus contenidos.
¿Qué pasa en Argentina?
Aquí rige la Ley Argentina Digital, que establece un principio de neutralidad de la red con lo cual, en principio, no se debería dar un escenario como el de Estados Unidos.
La decisión de EE UU bajo la presidencia de Donald Trump de cambiar su marco regulatorio y poner fin a la denominada neutralidad de la red ha abierto una polémica global sobre el impacto de sus efectos. De momento, distintas fuentes coinciden en que las telecos estadounidenses, especialmente AT&T y Verizon, serán las grandes favorecidas, puesto que se ha abierto la vía para que puedan cobrar en función de los distintos tipos de tráfico de datos.
El problema puede ser para las empresas más pequeñas del mundo de internet, que no disponen de los mismos recursos para poder contratar conexiones de red de calidad con la que distribuir sus contenidos. Es decir, la competencia corre el riesgo de verse penalizada. “Los principales damnificados serán los consumidores y las pequeñas empresas, sin muchos recursos”, señalan algunas startups consultadas.
Otra de las cuestiones abiertas es si esta tendencia puede extenderse a Europa. Fuentes del sector insisten en que el movimiento que ha tenido lugar en EE UU es complicado que, por el momento, se repita en el Viejo Continente. Y es que, para empezar, se tendrían que poner de acuerdo todos los países. El cambio tardaría en llegar.
¿Qué pasa en Argentina?
Aquí rige la Ley Argentina Digital, que establece un principio de neutralidad de la red con lo cual, en principio, no se debería dar un escenario como el de Estados Unidos.
La decisión de EE UU bajo la presidencia de Donald Trump de cambiar su marco regulatorio y poner fin a la denominada neutralidad de la red ha abierto una polémica global sobre el impacto de sus efectos. De momento, distintas fuentes coinciden en que las telecos estadounidenses, especialmente AT&T y Verizon, serán las grandes favorecidas, puesto que se ha abierto la vía para que puedan cobrar en función de los distintos tipos de tráfico de datos.
El problema puede ser para las empresas más pequeñas del mundo de internet, que no disponen de los mismos recursos para poder contratar conexiones de red de calidad con la que distribuir sus contenidos. Es decir, la competencia corre el riesgo de verse penalizada. “Los principales damnificados serán los consumidores y las pequeñas empresas, sin muchos recursos”, señalan algunas startups consultadas.
Otra de las cuestiones abiertas es si esta tendencia puede extenderse a Europa. Fuentes del sector insisten en que el movimiento que ha tenido lugar en EE UU es complicado que, por el momento, se repita en el Viejo Continente. Y es que, para empezar, se tendrían que poner de acuerdo todos los países. El cambio tardaría en llegar.
La neutralidad en la red
La neutralidad de la red es el principio que establece que todo el tráfico que existe en Internet debería ser tratado por igual, independientemente de su tipo y su procedencia. Desde los comienzos de la red, siempre se ha defendido que el acceso a la información online debe ser libre y sin restricciones impuestas por operadores u órganos administrativos. Y eso es precisamente en contra de lo que va la nueva regulación de la FCC en Estados Unidos.
Pero la neutralidad de la red también debe ser respetada a la inversa. Es decir, alguien que escribe en una web nunca debería bloquear un navegador, un sistema operativo o una operadora en concreto.
Entonces, ¿qué podemos hacer como usuarios para evitar todas estas consecuencias? El único medio que es que se fijen leyes de neutralidad de la Red, como ya han hecho los Países Bajos o Brasil. Sin embargo, lo idóneo sería aprobar un convenio internacional. El problema está en que las grandes potencias mundiales no parecen muy dispuestas a colaborar.
Pero la neutralidad de la red también debe ser respetada a la inversa. Es decir, alguien que escribe en una web nunca debería bloquear un navegador, un sistema operativo o una operadora en concreto.
Entonces, ¿qué podemos hacer como usuarios para evitar todas estas consecuencias? El único medio que es que se fijen leyes de neutralidad de la Red, como ya han hecho los Países Bajos o Brasil. Sin embargo, lo idóneo sería aprobar un convenio internacional. El problema está en que las grandes potencias mundiales no parecen muy dispuestas a colaborar.
¿Qué es la desinformación?
La desinformación puede definirse como la difusión intencionada de información no rigurosa que busca minar la confianza pública, distorsionar los hechos, transmitir una determinada forma de percibir la realidad y explotar vulnerabilidades con el objetivo de desestabilizar. Y ya no estamos hablando de filosofía; estamos hablando de obtener ventajas políticas, de minar los valores democráticos, de extender una nueva narrativa para, en definitiva, cambiar nuestra realidad.
Aun cuando resulta difícil cuantificar la influencia de una campaña de desinformación, lo que sí resulta evidente es su poder corrosivo a medio y largo plazo.
La propia naturaleza cambiante de la desinformación, las dificultades de su identificación como amenaza, su trazabilidad y la determinación de la autoría, unido todo ello a la legítima sensibilidad democrática respecto de eventuales limitaciones de los derechos y libertades fundamentales, obligan a los responsables de la toma de decisiones a extremar la prudencia a la hora de actuar.
Aun cuando resulta difícil cuantificar la influencia de una campaña de desinformación, lo que sí resulta evidente es su poder corrosivo a medio y largo plazo.
La propia naturaleza cambiante de la desinformación, las dificultades de su identificación como amenaza, su trazabilidad y la determinación de la autoría, unido todo ello a la legítima sensibilidad democrática respecto de eventuales limitaciones de los derechos y libertades fundamentales, obligan a los responsables de la toma de decisiones a extremar la prudencia a la hora de actuar.
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